Que tu alimento sea tu medicina

Propiedades de las Semillas GerminadasPublicado por Isabel el 13 de Enero, 2010

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"Vale más comida de hierbas donde hay amor que buey bien cebado donde hay odio "

~ Proverbios de Salomón

Los germinados son uno de los alimentos más extraordinarios, nutritivos y sencillos de elaborar y representan una alternativa eficaz a los problemas nutricionales modernos. Nunca me cansaré de enfatizar la importancia que tiene la incorporación de los germinados a nuestros hábitos alimenticios.

Cuando una semilla germina se producen considerables transformaciones químicas en su interior. La Vida se pone en actividad en ese minúsculo laboratorio. Los almidones se transmutan en sustancias más simples y fáciles de digerir. El contenido vitamínico se multiplica, en algunos casos hasta el 500%. Su actividad energética es formidable porque son un ALIMENTO VIVO.

Pensemos en cuánto tiempo transcurre desde que un alimento está en plena actividad biológica hasta que llega a nuestra mesa. Todos los seres vivos irradian un campo bioelectromagnético tanto más potente cuanto más sanos están. Al ser arrancado de la tierra un vegetal esa actividad energética va mermando progresivamente hasta desaparecer. Esa energía biológica es también un alimento para nosotros. Hasta el agua irradia energía cuando sale por los manantiales naturales y la va perdiendo a medida que permanece encerrada en las tuberías de conducción de las urbes.

Volvamos a pensar en nuestra alimentación moderna carente de ese nutriente que es la "energía biológica" o de la vida. Entonces apreciaremos aún más la magnitud nutricional de las semillas germinadas.

Como Germinar Nuestras Propias Semillas

Se pueden germinar prácticamente todas las semillas de uso alimenticio: lentejas, alfalfa, soja y trigo son las más habituales entre los aficionados. Pero también son adecuadas para germinar en casa: avena, cebada, centeno, garbanzos, alubias, maíz, pipas de girasol y calabaza, almendras, trigo sarraceno, guisantes, linaza, zaragatona, cacahuetes, col, cebolla y muchas otras hortalizas (excepto las de patata y tomate porque son tóxicas).

Es imprescindible usar semillas con garantía ecológica o biológica pues las que no lo son suelen tratarse con diversos fitoquímicos o contener trazas de sustancias contaminantes.

Basta ponerlas en remojo unas horas en un plato, bote, fuente o recipiente que no sea obstáculo para el aumento de volumen que experimentarán (esto especialmente para las que están muy secas lo que suele ocurrir, por ejemplo, con las lentejas).

Pasado el período de remojo (si es que hacía falta) se escurre bien el agua. Se situará el recipiente en un lugar abrigado, donde la temperatura no baje de doce grados centígrados y no les de la luz directa.

Hay que procurar que se mantengan las semillas siempre húmedas pero no encharcadas. Para conseguir esto basta con echarles agua tibia y, a continuación, escurrir. Se repite esta sencilla operación dos o tres veces al día si fuese necesario. A los pocos días, tiernas y con un tallito que oscilará entre uno y varios centímetros, se pueden consumir en ensaladas, sopas, guisos, solas (aliñadas como se prefiera) o de cualquier otra forma que nuestra imaginación nos sugiera. Preferiblemente crudas, para aprovechar mejor su gran poder nutritivo aunque también se pueden concinar como una verdura pues son muy sabrosas.

La germinación de semillas es también un pequeño placer para los habitantes de las ciudades. Es un mínimo retorno a nuestras raíces: cultivar nuestro propio alimento.

Las semillas germinadas son un alimento para todos, mayores y pequeños. Una manera eficaz de procurarnos una nutrición de calidad. Una fuente portentosa de vitaminas y nutrientes esenciales. Un medio de asegurarnos la salud o de recuperarla. Sanos y enfermos se beneficiarán consumiendo diariamente semillas germinadas.

Para facilitar la labor del germinado y el mantenimiento de la humedad adecuada se pueden comprar diversos tipos de "germinadores", muy prácticos para germinar varias semillas a la vez y evitarse algún trabajo. Incluso cumplen una bonita función decorativa mientras realizan eficientemente su labor.

Empiece Ya A Germinar Semillas

Vamos a ver algunas de las características y propiedades de cada semilla:

ALFALFA: Tiene una gran riqueza nutritiva por lo que podemos considerarla la Reina de todos los germinados. Contiene enzimas que favorecen la digestión. Proporciona la vitamina U (metilmetionina) que protege la mucosa digestiva favoreciendo la curación de gastritis y úlceras. Ayuda a reducir el colesterol. Ofrece un altísimo contenido de vitaminas (A, B, C, E, K) y minerales (manganeso, calcio, fósforo, potasio, magnesio, azufre, sílice, hierro y cobalto). Es antiinflamatoria y depurativa. También proporciona una cierta cantidad de proteinas muy completas (contiene todos los aminoácidos esenciales).

Utilizar cuando el brote tenga unos cuatro centímetros

ARROZ: Obviamente el arroz blanco no germina; ha de ser integral de la mejor calidad biológica o ecológica. Aún así no es fácil que lo haga por lo que recomiendo empezar con otras semillas. No tiene muchas proteínas pero sí una buena fuente de niacina y vitamina E.

Utilizar cuando la raíz tenga el tamaño del grano.

AVENA: Muy rica en vitaminas del grupo B y E además de minerales como el flúor, zinc, fósforo, hierro y manganeso. Es un buen alimento para el sistema nervioso.

Utilizar cuando el brote más largo tenga el tamaño de la semilla (le salen tres brotes).

CACAHUETE: Se le quita la cáscara antes. Es una simiente de altísimo contenido en proteinas.

Utilizar cuando el brote tenga tres centímetros de largo.

CALABAZA: Proporciona gran cantidad de proteínas y vitaminas B y F (ácidos grasos esenciales). También fósforo, hierro y calcio. Son especialmente útiles estas semillas para tratar los problemas prostáticos y las parasitosis intestinales. La calabaza fue sinónimo de salud en la antigua China.

Utilizar cuando el brote tenga medio centímetro (luego el grano amarga, aunque se puede consumir el brote sólo).

CEBADA:. Estos brotes se consumen mejor cocidos. Tiene un gran poder remineralizante.

Utilizar cuando el brote tenga el tamaño del grano.

CENTENO: Excelente aporte de vitamina E y minerales (destaca el sílice).

Utilizar cuando el brote tenga el tamaño del grano.

FENOGRECO: Contiene buenas cantidades de vitamina A, hierro y proteínas. Conviene a anémicos, enflaquecidos y mal nutridos. Contribuye a controlar el nivel de colesterol por su contenido en colina. Si se espera demasiado tiempo tras la germinación adquiere sabor amargo.

Utilizar cuando el brote tenga el tamaño del grano o antes.

GARBANZOS: Se usan especialmente cocidos. Son diuréticos y ayudan al buen funcionamiento de riñones y vejiga.

Utilizar cuando la raíz tenga un centímetro.

GIRASOL: Tienen las pipas de girasol gran cantidad de proteínas, vitaminas D y E además de calcio, fósforo, hierro, iodo, potasio, magnesio y zinc. Son una buena fuente de ácidos grasos esenciales que se malogran cuando se tuestan. Se les despoja de la cáscara antes de germinarlas. Hay que procurar no mojarlas demasiado.

Utilizar cuando el brote tenga el tamaño de la semilla.

LENTEJAS: Proporcionan proteínas y altas cantidades de vitaminas del grupo B, hierro y cobre. Germinan muy fácilmente pero casi siempre requieren dejarlas en remojo una noche.

Utilizar cuando el brote tenga uno o dos centímetros.

MIJO: Es una semilla pequeñita y de muy fácil digestión. Contiene proteínas y algunas vitaminas del grupo B. Conviene a personas nerviosas. Tiene gran poder alcalinizante.

Utilizar cuando el brote tenga medio centímetro. No siempre se consigue germinar.

SOJA: Proteína completa, contiene todos los aminoácidos esenciales. Proporciona lecitina que permite disolver la grasa y el colesterol de las arterias. Es un buen alimento para el sistema nervioso y el cerebro. Alimento muy equilibrado.

Utilizar cuando el brote tenga unos cuatro centímetros.

TRIGO: Muy sabroso y buena fuente de vitamina E. Conviene a las personas anémicas.

Utilizar cuando el brote tenga uno o dos centímetros.

VERDURAS: Las semillas de col, nabos, rábanos, mostaza, remolacha, cebollas o lechuga también se pueden germinar y consumir con gran provecho para nuestra salud. Conviene consumirlas crudas.

Utilizar cuando comiencen a ponerse verdes los brotes.

Es muy importante recordar que las semillas destinadas a la elaboración de germinados deben tener aval biológico o ecológico. Las semillas destinadas a siembra pueden estar tratadas con productos químicos.

Notas:

Texto tomado del libro "Salud y Larga Vida por la Alimentación" de Jorge J. Rodríguez. Se reproduce con permiso del autor.

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